Y acá va el boludo, kamikaze-mente, a meter otra vez la cabeza  en la colmena estéril... Extraña tanto el sabor de la miel,  que se conf...

Y acá va el boludo, kamikaze-mente,
a meter otra vez la cabeza 
en la colmena estéril...
Extraña tanto el sabor de la miel, 
que se conforma con el dulce pinchazo de un par de aguijones...

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