Yo no te acompaño, disculpá.  Pero esa lucha es tuya, no mía; y por varios motivos, no puedo apropiármela.  Entiendo que te enojes, y ...

Causas propias, y causas ajenas

Yo no te acompaño, disculpá. 
Pero esa lucha es tuya, no mía;
y por varios motivos, no puedo apropiármela. 
Entiendo que te enojes, y recurras
a tus mejores estrategias discursivas 
para hacerme sentir un egoísta
y para que, una vez disminuido,
me convenzas.
Pero ese objetivo tuyo para mí no brilla,
esa meta no me alimenta; me debilita.
Puedo pelearla por un sueño que me queme, 
por uno que ilumine mis ojos
y saque lo mejor de mí.
Puedo hacerlo por uno cargado de desafíos 
que me ayuden a superarme, a crecer,
pero no por un proyecto ajeno que no me representa,
en el que simplemente colaboro obedientemente por miedo a la culpa,
en el que cada obstáculo se pague con una alta dosis de mis ganas de vivir...

Voy a priorizar quedar bien conmigo mismo,
antes que con vos,
Y voy a dedicarme a perseguir mi propia causa;
y que el entusiasmo que emane de mi mirada, 
que la alegría que emita mi voz,
y que las ideas que produzca mi cerebro,
iluminen la vida de otras personas, 
para que persigamos juntos un sueño que nos represente, 
o para que ellos también prioricen sus propios anhelos.
Espero que vos también encuentres a alguien 
que verdaderamente comparta tus metas;
y no un nuevo reclutado conquistado con demonizaciones y victmizaciones...
Espero que vos también ilumines.

Pero por sobre todo, 
y aunque yo lo dude seriamente; 
espero que alguna vez esa causa te haga feliz.

0 comentarios: