Quedate un toque más, todavía no te vayas. Desde que llegaste, me hacés muy bien. Y es que anduve medio bajón por varios meses...

Martes y jueves:


Quedate un toque más, todavía no te vayas.
Desde que llegaste, me hacés muy bien.
Y es que anduve medio bajón por varios meses.
Hasta ese día en que te llevaste mi cerebro, sin querer.

Igual, no me quejo, te soy sincero,
Ese cerebro pensaba muchas boludeces,
Así que un poco de silencio mental está bastante bueno,
Aunque cualquier trabajito intelectual me re contra cueste.

Es que eso de “soltar”, “dejar ir”, y todas esas giladas,
Cuestan como la san puta, sabrás lo que es,
Le metés pilas, y terminás con la cabeza re limada;
Aflojás un toque, y la muerte te empieza a caer re bien.

Pero un día te me cruzaste, y me dejaste re flasheado
Con cara de pavote, la boca abierta y un hilo de baba.
Pareciera que a Cupido se le había roto el arco,
Porque en vez de un flechazo, me cagó a puñaladas.

Y acá estoy, preguntándome cuándo te veo…
Quizás nunca me acuerde del cumple de mi vieja,
Pero de esto siempre me acuerdo:
A las nueve, todos los martes y los jueves. 

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