Levanta la voz, primero
luego grita y llora.
Indignado entiende,
que todos lo ignoran.
Ensucia con barro su hermoso vestido,
y rompe sus trenzas con moños rosados,
nadie sabe aún cuánto los odia
por las leyes absurdas que han inventado.
Mira a Florencia con fúnebre pena,
arrastrada la llevan sus padres.
Un húmedo beso en los labios le queda
Ya todos lo saben...
Salen volando los zapatos de Sofía,
la dulce Sofía que piensa en Florencia,
deseando llamarse Matías...
Pequeña alma que miras la vida,
desde los ojos de vidrio de un cuerpo indeseado,
triste estás por el pequeño Matías
que en ti, dulce Sofía, el destino ha encerrado.
Texto que escribí a los 12 años.
Imagen: Alicex.com



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