Anduve ocupado, muy ocupado. Conseguí un laburito de jornada completa. Arquitecto y albañil de mis propios infiernos mental...

Infiernos mentales


Anduve ocupado,
muy ocupado.
Conseguí un laburito
de jornada completa.
Arquitecto y albañil
de mis propios
infiernos
mentales.
Diseñé los castigos.
Construí unos complejos
complejísimos
mecanismos de tortura.
Me metí adentro
y me quedé afuera.
Presioné los botones
y pedí auxilio.
Sonreí con sadismo
y lloré de miedo.
Me transformé
Me dividí
Me mudé
a dos domicilios
Uno legal,
y el otro,
psicológico.
Juez y acusado,
verdugo
y
condenado
Perpetua, por hijo de puta.
Soy inocente, por favor.


Y de golpe...
ME CANSÉ.
Busqué a mi cerebro,
Lo agarré por la corbata
Y le dije:

Renuncio.   

[Foto: piccsy.com]

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